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Cómo compartir contenido correctamente y qué hacer para evitar que se pierda tu autoría

Cada vez estamos más intercomunicados y recibimos muchísima información por medios digitales y una parte gran de la información que recibimos es contenido que se comparte. 

Si quieres mejorar tu visibilidad es muy interesante entender que de todo el contenido que creas, el que se comparte va a hacerte llegar a más público de manera orgánica (sin invertir dinero e ello).

Gran parte de esta información que compartimos es relevante y divulgativa pero a veces al ser tan compartida se pierde la autoría. La mayoría de casos son por desconocimiento pero en otras ocasiones se realizan con mala intención: adulteración, apropiación indebida…

¿Qué puedes hacer para evitar que esto te suceda a ti?

Cuando alguien no etiqueta bien el envase de una hamburguesa perdemos la trazabilidad del producto. Datos como dónde se crio ese ternero, de qué país proviene o incluso dónde lo sacrificaron. De la misma forma pasa en el mundo digital. No etiquetar a un autor involucra perder la trazabilidad de un contenido.

Para ello la buena praxis sería primeramente asegurarnos de que el autor nos da permiso para compartir y en segundo lugar garantizar que visibilizamos de alguna forma la autoría.

Existen distintas maneras de visibilizar la autoría en un contenido y también varían respecto a la red social en la que nos encontremos. Ante el dicho más vale prevenir que curar mencionar etiquetando al autor en el contenido que hemos escrito sería lo más adecuado.

Poner marcas de agua, firmas o logos en los cuadrantes de una imagen o video es una buena idea para darle visibilidad a tu autoría. Asegúrate de que tu firma o logo sea lo suficientemente grande para que se entienda pero no lo demasiado para que llegue a eclipsar el mensaje del contenido (Imagen 1).

Las redes sociales nos lo ponen muy fácil a través del botón compartir que puedes encontrar usualmente en el cuadrante inferior derecho de una publicación. Un claro ejemplo es este post de LinkedIn (Imagen 2). En lugar de realizar una captura de pantalla o copiar y pegar el texto que la persona ha escrito hemos compartido a través del botón compartir.

Si me preguntases qué es lo peor que podría pasarte en cuanto a tu contenido, seguramente te respondería: “que se vuelva viral y que nadie sepa que es tuyo”. Vistos estos pasos tan sencillos podríamos pensar que este caso que te planteo es anecdótico, pero no es así.

Sin ir más lejos quiero mostrarte un claro ejemplo muy reciente en el sector de la veterinaria. Se trata de la empresa Petia Vet Health, la cual encargó una ilustración a Andrés Meixide, para honrar la función de los veterinarios en la crisis del COVID19 y gustó tanto que se compartió masivamente. Pero la mala praxis de algunos usuarios acabó perjudicando al creador del contenido. La primera imagen (Imagen 3) muestra la ilustración original. En la segunda imagen (Imagen 4) podemos ver distintas versiones de adulteraciones de la misma.

Haciendo un estudio de distintas redes sociales (Instagram, Twitter y LinkedIn) pude comprobar que existe una notable diferencia entre la interacción recibida del contenido original y el adulterado. Siendo por desgracia la fuente original la menos visibilizada.

Casos como estos solo reafirman mi inquietud por concienciar al sector y especialmente apoyar a los creadores de contenido dándoles herramientas para potenciar su visibilidad digital.

Al final, tener ética al compartir contenido, aumentará la percepción de seriedad, coherencia  y transparencia de tu marca a la vez que contribuirás a crear esa conciencia de respeto que todos debemos tener antes de compartir algo masivamente.

¿Te ha parecido de utilidad? Déjame tu opinión en los comentarios.

¡Nos vemos en el siguiente artículo!

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